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Cuando la luz sangra, nacen las sombras.

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Siendo tu, oh sabio (si es que aún se te puede llamar así), una de las personas más genuinas que conozco o conocía, es difícil aceptar la realidad de tu acciones, sin embargo, para mi dejó de ser difícil hace mucho tiempo, pues termine desarrollando una tolerancia gracias a que estas acciones tuyas Sabio, llegaban poco a poco, en dosis plausibles hasta aumentar la gravedad de las acciones y junto con ellas mi resistencia a lo abominable, lo que me lleva a dudar si ¿Es mas abominable lo abominable en si o lo es más aceptar sin reproche a lo abominable? La respuesta es simple, ambos son lo mismo, solo que el segundo primogénito del primero.

Que lastima que conociendo tú, oh Sabio, la solución para cualquier situación, aun tengas problemas; me causa una terrible pena (pero, no ajeno, pues es muy propia) Dios tenga misericordia de su criatura que vive en una eterna lucha legendaria de dos sustancias opuestas. Pobre del que vive en esclavitud del enemigo ¡Ya deja la flojera y levántate muchacho, y grita, grita como si a nadie le molestase tu grito!

He escuchado un par de historias de ti y déjame presentar mis respetos, pues, buena fama has sembrado. Pero de ti, Oh Sabio, ¿Quién te escucha? ¿Es toda la buena fama sembrada también cosechada? No estás solo, niño mío, voltea a la izquierda y luego a la derecha ahí está tu base, firmes cimientos, entonces ¿De qué te quejas? ¿Por qué lloras? ¿Qué es esa soledad de la que presumes? ¡La soledad te desconoce, y tú la desconoces a ella! valora los obsequios que por gracia recibiste, pues no sabes si en realidad son prestados.

Y ¿Acaso sabes algo de la soledad? Me parece que te olvidas de que amar a tu prójimo como a ti mismo incluye también el “Como a ti mismo” ¿Qué vas a hacer? ¿Los vas a odiar? Te aseguro por cada una de las estrellas de la noche y por el poderoso solo del día, que si te dispusieras a conocerme enamorarías sin remedio como la luna de la tierra, es como una ley inescrutable impuesta por el Altísimo, yo no tengo nada que ver.

¿No resultaría inquietante descubrir que el elegido, el que debe brindar luz, se entrega al pecado religiosamente cada noche? ¿Qué diría el pueblo? De seguro lo mismo que yo «¿Realmente es este el que Dios escogió para ayudarnos?» y con toda razón lo pensamos. La soledad en el mundo de hoy es un obsequio, más de los que te dio mi Dios, pero huyes intencionalmente de ella anhelando compañía, no sabes que la soledad es como tu sombra, te persigue a todos lados, y cuando te alcanza la noche te vuelves uno con ella y terminas sintiéndote solo y oscuro ¿Qué tiene de triste eso?

 

¿Y qué hay de esa desconsideración irrespetuosa con tu Padre? El que todo te lo ha dado, yo apostaría incluso algo que no tengo a que no puedes pensar en una solo cosa buena que tengas que no sea por Él, ¡Y como menosprecias la vida, que desvergüenza! ¿Por qué provocas lagrimas a tu madre? Ella más que tu quiere que vivas, eres egoísta, oh Sabio, eres egoísta.

Tú y to éramos tan blancos y unidos como la nieve de la que hablaba David, hijos de rey de reyes, niños. Como un escuálido rayito de luz en una habitación, esperanza en gramos; ni siquiera sé cómo paso, ni tu; no recordamos lo que pasó ¿Cómo Fue que dejamos que la espada de tinieblas nos apuñalara en el costado? Nuestra ropa no se tornó rojo sino negro un negro que se expandió y hoy nos tiene al cuello. No hay necesidad de que se expongan a la luz nuestros actos para que yo sienta decepción, sino hasta indiferencia que sería incluso peor. Desengaño es lo que nos causa cada madrugada y noche juntos.

Parece imposible arreglar nuestro caos, oh Necio, todo se disipo mientras dormíamos, no hay luz al final, no hay túnel siquiera, la oscuridad está pasando del cuello al mentón y a nadie le importa ¡Oh claro, que estúpido! ¿Cómo les va a importar si insistías en que podías solo y no había necesidad de que supiesen?

Esto se ve como el más feo problema, pero, oh amigo, el sentido de todo esto era hacerte saber que ya había llegado la hora dorada y naranja, y como alegato último aún no se nos ha olvidado la solución de todos los problemas y ella no me ha olvidado a mí; esta oscuridad ya está llegando a la zona angular de mis labios, uno de mis lugares más sagrados, tal vez ya es soledad, pues no veo a nadie. Con sinceridad ya se había tardado.

¡Oh solución a todos los problemas! tenme en cuenta una vez más, dime que ser, pues yo no puedo decidirlo, se tu pues mi única compañía cuando se establezca la oscuridad en la coronilla de mi cabeza y me siente solo ¡Eres único, ¡Dios mío, eres impecable, Dios mío yo también quiero serlo! Renueva la luz en mí y que se esperanza en algún túnel de noche.

Deseo saber cuál es mi lugar cuando no esté en él, dame ingenio para ser genuino, enséñame a entender poco y entender bien. No espero que lo resuelvas todo, Oh solución, porque o espero merecerlo, sin embargo, he hecho mucho mal desde hace un tiempo que no recuerdo y aún sigo vivo, así que con la escaza sabiduría que me quedaba, pensé que si hacia el bien comenzaría a sentirme de ese modo.

Te seguiré escribiendo, más que nada para que yo pueda leerlo, espero que me sigas leyendo.


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