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Ejercicio 5: En la mañana ahorcaron al Amor.

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En la mañana ahorqué al amor con tal sutileza que ni siquiera lloró, sin embargo, temo sinceramente que regrese en forma de odio. Nadie me puede culpar, realmente cuando lo vi me asusté, tal vez es su culpa. ¿Cómo se te va a revelar tan intimidante figura de la nada sin previo aviso? Como sea el trabajo ya está hecho ¡Por supuesto que aún hay remordimiento, apenas fue esta mañana!

El modo correcto de plantear las cosas tal vez no fue ese, pero, es el que hubo, así que lo que ocurrió fue que él dijo «Te quiero ¿Tú me quieres?» y repliqué con una seca negativa, me temo que una bala no regresa una vez fuera. ¿De qué modo elegante alguien puede cambiar las emociones en un momento así? ¿Quién puede resucitar al amor? Si es que hay alguien por favor escríbame a este número: 0995919336. Cuando me llamen no intenten rastrear la llamada, tengo un teléfono satelital, seré culpable, pero no soy ciego, el amor vino a mi como última opción (no es primera vez que me ocurre) y en su entonación, cuando dijo esas últimas palabras se notaba que se sentía solo, bien solo, pues a pesar de estar ahí nadie lo escuchaba, y el único que lo escuchó (yo) se espantó y ahora es criminal. Sé que como la víctima se trata del amor el caso se cerrará con un simple “¡Fueron los adultos!” pero, ningún adulto se hará responsable. También sé que saldrán algunos de piel manchada alardeando ser los autores del crimen, antes de eso, aviso; yo jamás confesaré. Lo más triste de esta noticia es que ya paso un día y nadie se ha percatado de su ausencia, pero de su regreso (si es que regresa) sí se van a percatar pues no será el mismo ya, él no es Jesús, si resucita el amor lo hará primitivamente y descontrolado, yo me esconderé donde no me vaya a buscar, en reuniones familiares probablemente.

Es patético esconderse del amor, sí, pero, lo es más tenerlo ahí, sentadito en la sala como para que no moleste mientras buscamos resolver problemas. Dudo que haya reparo, de todos modos es mejor que se sepa de esta muerte, porque yo no soy capaz de pedir perdón del modo usual. Gracias al diario La Mantis Expectante por publicar esta nota, y gracias por mantenerla en anónimo.

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